Galletas de nata y algarroba (o chocolate)

¡Todo el mundo "quieto parao"! Ya sé que para muchos de vosotros el uso de la harina de algarroba será algo bastante normal en vuestras cocinas, mientras que para otros muchos, esto os puede sonar a chino o simplemente no es un ingrediente que podáis encontrar con facilidad... Peeero, en ese caso se cambia por chocolate en polvo sin azúcar y asunto arreglado. ¿ Habéis visto qué fácil es estar todos contentos?

Aún así, os recomiendo encarecidamente que le deis una oportunidad en vuestra cocina. Es la semilla del algarrobo molida y a pesar de llamarse harina no necesita cocción, de hecho, se disuelve en agua o en leche sin ningún problema. Nutricionalmente es un auténtico tesoro con proteínas, taninos, vitaminas, minerales... Vamos, no tiene desperdicio.

Vamos con la receta,

INGREDIENTES

- 200ml de nata 35%
- 180gr de azúcar
- 250gr de harina común
- 15 o 30gr de harina de algarroba


PREPARACIÓN

- Ponemos la nata y el azúcar en el vaso por ese orden y programamos 2,30 minutos a 37º y a velocidad 3.

- Añadimos la harina de trigo y la de algarroba (aquí la cantidad que queráis, si ya sabéis que os gusta no os cortéis) y lo juntamos todo unos 30 segundos a velocidad espiga.
*Depende de la harina o de la cantidad de algarroba o chocolate hayáis puesto, puede que quede la masa muy suelta (en este caso ponéis más harina) o que se hagan como granulitos y no se junte (en este caso un poco de leche) así que probad con las cantidades de la receta y ya vais adaptando según os haga falta.

- Dejamos la masa tapada con un film reposar en la nevera durante unas horas para que coja consistencia.

- Con ayuda de una cucharilla y con las manos untadas en aceite vamos cogiendo porciones, las hacemos rodar en la mano para que queden redonditas. Vamos precalentando el horno a 180º.

- Untamos un tenedor con un poquito de aceite y las vamos chafando dejando la forma del tenedor.

- Las horneamos durante unos 12-15 minutos o hasta que veamos que ya están y los bordes comienzan a ponerse más doraditos. Las dejamos reposar en la bandeja durante unos minutos y luego las pasamos a una rejilla para que terminen de enfriar por completo.

Quedan realmente ricas y suaves

Muy fáciles de hacer, con pocos ingredientes y riquísimas!

Nada mejor para acompañar un té a media tarde

¿Y qué me decís de la textura?

Venga, hoy invito yo a la merienda!